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INFECCIONES DE ORINA RECURRENTES.

Composición: D-Manosa 400 mg. por cápsula, Estearato de Magnesio. Envase de 120 cápsulas.

Posologíacuatro cápsulas diarias, dos antes del desayuno y dos antes de la cena.

La D-Manosa es un azúcar simple, un monosacárido, relacionada estructuralmente con la glucosa o la fructosa. Una vez absorbida, cuando pasa del intestino al flujo sanguíneo, no se transforma en glucógeno y por tanto no se acumula en el hígado u otros órganos. Este azúcar se elimina por los riñones alcanzando concentraciones elevadas en las vías urinarias, lo que explica sus efectos antiadhesivos sobre las bacterias presentes. Se produce de manera natural, en cantidades relativamente pequeñas, en alimentos como melocotones, manzanas, naranjas y bayas de arándanos. La D-Manosa es hasta 50 veces más efectiva que los arándanos, no es tóxica y no tiene efectos secundarios.

Las mujeres son más propensas a padecer infecciones del tracto urinario que los hombres, debido a que sus uretras son más cortas, además los hombres adultos producen en la próstata un inhibidor del crecimiento bacteriano.

La D-Manosa es interesante puesto que puede utilizarse para ayudar a tratar infecciones del tracto urinario, como la cistitis. Aproximadamente el 50% de las mujeres sufren cistitis al menos una vez en sus vidas, y algunas de ellas en varias ocasiones. Muchas mujeres tienen a menudo infecciones recurrentes, siendo en el 90% de los casos causadas por bacterias uropatógenas, como la Escherichia coli, que se encuentra en el tracto gastrointestinal humano, pero que puede migrar fácilmente, a través de la zona ano-genital a la vagina y al tracto urinario. En otros casos las infecciones urinarias pueden ser causadas por bacterias tales como Chlamydia, Neisseria gonorrhea, Mycoplasma, Klebsiella, Staphylococcus y Proteus.

En el tracto urinario la D-Manosa se une a la E. coli y desactiva las capacidades adhesivas/invasivas de esta bacteria. La E. coli no es destruida ni dañada, sino arrastrada y expulsada mediante un mecanismo totalmente diferente que los antibióticos combatiendo la infección y protegiendo las células epiteliales de la vejiga.

Después de la ingesta, la D-Manosa es absorbida de inmediato en la parte superior del tracto gastrointestinal, por lo que no se convierte en glucógeno en el hígado, sino que entra en el torrente sanguíneo sin alteraciones. En el plazo de una hora, el 90% de la manosa ingerida puede encontrarse en sangre. No tiene efecto en el intestino ni en el metabolismo de la glucosa, por lo que la pueden utilizar los diabéticos. La D-Manosa circula sin alteraciones por el torrente sanguíneo y se excreta rápidamente por los riñones en la orina.

La E. coli tiene pelos cortos en su estructura, lo que le permite adherirse a las células epiteliales del tracto urinario. Estos pelos contienen una adhesina: FimH; adhesina de tipo 1 que se une específicamente a la D-Manosa.

 

La Manosa forma parte de las proteínas en las células uroteliales del tracto urinario. La E. coli puede anclarse a sí misma y, con posterioridad, colonizar la D-Manosa celular. Aunque el sistema inmune innato intenta combatir la infección, las bacterias pueden tener éxito en penetrar a través del citoplasma de las células encajonadas grandes. Aquí la E. coli encontrará el ambiente ideal para multiplicarse y agregarse. Este proceso es el mecanismo de una infección del tracto urinario. Con la ingesta de D-Manosa se consiguen cantidades suficientes de este azùcar circulando libremente a través de las vías urinarias, con lo que la FimH de la E. coli estará cada vez más ocupada, lo que hace que las bacterias pierdan su capacidad de adhesión. La abundancia de D-Manosa libre hará que las bacterias se desprendan de las células uroteliales además de prevenir nuevas infecciones. Esto apoya al sistema inmune y al ser excretada por la orina la D-Manosa unida a la E. coli, ésta ya no supone amenaza alguna. La unión entre las células uroteliales y la D-Manosa es de vital importancia para la causa de la infección por la E. coli, lo que también significa que la E. coli no puede hacerse resistente al uso de D-Manosa como agente terapéutico.

La capacidad adhesiva de las bacterias a la D-Manosa es superior al de las bacterias con la vejiga, por lo que la D-manosa es capaz de despegar hasta las bacterias adheridas a la mucosa y atraer a las que han penetrado profundamente. Por esta razón, al principio del tratamiento es frecuente, incluso sin síntomas de infección, que resulte el urocultivo positivo, siendo las bacterias encontradas las que se están eliminando, por lo que se trata de una bacteriuria inocua y no de una cistitis.

Se ha comprobado, en la orina de muchas mujeres afectadas de cistitis crónica, falta o déficit de la glucoproteína de Tamm Horsfall, que se genera en los riñones y se excreta por la orina. Ésta se une a las adhesinas tipo 1, impidiendo la adhesión de las bacterias a la pared vesical.

Algunos estudios han demostrado que los ratones a los que falta la glucoproteína de Tamm Horsfall son mucho más susceptibles a padecer infecciones urinarias , respecto a los ratones con un nivel normal de esta proteína en la orina. ¡ La proteína de Tamm Horsfall es rica en D-Manosa!.

La D-Manosa tiene otra importante función, es un componente de la mucosa vesical por lo que reconstruye el estrato protector (estrato de GAG) donde se haya destruido por las múltiples inflamaciones, haciendo a la vejiga más sensible a la acción agresiva de sustancias ácidas, irritantes, bacterias y a microtraumas mecánicos, como los provocados por las relaciones sexuales (Cistitis de la luna de miel). Esto es, probablemente, por lo que las personas afectadas de cistitis no bactérica y cistitis intersticial (que no presentan bacteiuria) consiguen beneficios con la administración de D-Manosa.

Se ha demostrado que la D-Manosa se une no sólo a las bacterias, sino también a las toxinas que éstas producen para dañar el estrato de GAG y llegar al estrato de mucosa más profundo. Finalmente la D-Manosa también inhibe la formación del biofilm que producen muchas bacterias, una sustancia que rodea la bacteria creando una coraza impenetrable, tanto para elementos de nuestro sistema inmune como para numerosos antibióticos.

La indicación principal de la D-Manosa es la cistitis, y en términos generales, infecciones del tracto urinario ocasionadas por la E. coli, que son casi el 90% de éstas. Si los síntomas no disminuyen significativamente a las 48 horas, probablemente la infección no es causada por la E. coli. Las personas que padecen infecciones urinarias recurrentes el uso de D-Manosa como profilaxis evitará esta reticencia y sus complicaciones como la pielonefritis, que con el tiempo pueden ocasionar un daño renal grave. También en el caso de infecciones urinarias causadas por el cateterismo o urostomía, así como hombres con problemas prostáticos, que debido a un chorro débil en la micción no son capaces de eliminar las bacterias.

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